gehry y moneo
Cuando hablamos de estilo y ornamento, nos referimos a los componentes que ‘decoran’ la arquitectura. Existen muchos tipos de ornamentación, desde el gótico hasta el vanguardista, ornamentación medieval y moderna, etc. Cada época tiene su propio estilo basado en los intereses, situación social, religiosa, económica y gubernamental del momento. Algo que hay en común entre los distintos estilos es el orden y la belleza, esto se logra porque hay un fin que se enfoca en el detalle y considera la relación persona / estructura. La ornamentación también se puede utilizar como sistema material para definir espacios negativos o positivos los cuales pueden aportar al gesto arquitectónico de la obra dependiendo su propósito. Es un tema tan amplio y variado que cada diseñador tiene la oportunidad de generar su propio estilo utilizando como referencia épocas anteriores o, de querer hacerlo, puede generar nuevas maneras de ornamentar un espacio; esto incluye los métodos utilizados para llegar a la ornamentación.
El estilo es algo que se desarrolla y crea con el tiempo, es un ‘mix and match’ de distintos componentes estilísticos. O sea, es definido por experiencias, cosas que se hallan o no visto y por las influencias del lugar de dónde venimos. El estilo define como será tu trabajo, sus especificaciones, como se ejerce, como se llega a él. Dentro del estilo es que de determinan cosas como la construcción de un ornamento y la ubicación de los mismos, si hay orden o si llamaremos orden al desorden. Se establecen patrones, a lo que se le llamará originalidad, lo que se aceptará de referencias externas y lo que no. Por eso es que somos capaces de asociar obras con diseñadores y compañías de construcción. No solo en la arquitectura ocurre, también ocurre en la música, en el mundo de la cinematografía y en el arte. Se puede decir que una vez se comienzan a asociar las obras de dicho personaje, ya se ha alcanzado un estilo que armoniza con su creador. Hay personajes que parecen no tener estilo pero en realidad ese es el estilo, u otros como Le Corbusier que tienen más de uno a través de su obra. Basado en el estilo se trabaja y se toman decisiones con respecto a la organización de un proyecto, y, en este caso, con respecto a la ornamentación.
La ornamentación de un espacio puede ser algo añadido como algo integrado. Podemos ver ejemplos de ornamento integrado en muchas de las obras de Gaudí, donde el mismo integra la ornamentación en las columnas, paredes o techos. La misma estructura es la ornamentación. Y la ornamentación añadida puede ser vista en los supermercados y hasta en nuestro hogar, donde añadimos cuadros y muebles para aportar a la estética y el funcionamiento del lugar. Se debe tomar en consideración si el espacio se quiere usar en su totalidad o de manera parcial, que elementos específicos, si alguno, se quiere llevar y que queremos que el espectador perciba. Una buena ornamentación es sumamente importante, especialmente cuando es añadida ya que debe tener coherencia con el resto del espacio. Podemos tomar como ejemplo el área de los cines de Plaza las Américas. Estamos hablando de un espacio interior ornamentado como un espacio exterior con el fin de simular que se está en el exterior. Es un concepto interesante y más interesante es verlo. Este tipo de ornamentación está sujeto a distintos tipos de opinión ya que no necesariamente tiene que ver con el concepto del ‘shopping’. Integran palmeras, faroles y balcones que no encajan con el resto del ‘mall’. Otro detalle que no siempre se considera porque parece ser una decisión poco convencional, es que el no decorar un lugar puede ser en sí ornamentar. Como en un pabellón, si la estructura en si es lo suficientemente llamativa como para no tener que llevar ornamentación se podría dejar en su forma natural.
Para ir concluyendo, el ornamento es basado en el estilo del creador y tendrá gran impacto en como percibimos la arquitectura. Una buena ornamentación hará la diferencia en cuantas personas visitan el sitio, cuantas querrán trabajar en el espacio o albergarse en el mismo dependiendo para lo que sea. El estilo ya es algo más personal, en donde no necesariamente te debe gustar como trabaja el diseñador pero sabes que es un buen trabajo cuando no se puede negar que hay un orden en la ornamentación a pesar de que no agrade mucho el estilo con el que se trabaja. Amas cosas se pueden separar pero al unirlas trabajan bien y favorecen al gesto. El gesto puede ser la necesidad de vender (como lo es un supermercado) o la necesidad de que haya una estética para poder exhibir obras. El orden es lo más esencial dentro de todo gesto, estilo y ornamento. Luego de que haya orden, lo otro estará resuelto.