el partenón y las catedrales
El Partenón y las catedrales, ambos con distintos niveles de complejidad, ambos llamativos al ojo y con sus propias dificultades. Estas construcciones históricas parecen ser algo cuando en realidad son otra cosa en el sentido visual. Como el Partenón con sus ilusiones ópticas y las catedrales con sus grandes arcos que parecen desafiar la gravedad. El estudio de ambos ha tomado años debido a sus respectivos retos. Con el Partenón hay que descifrar cómo los atenienses construyeron semejante edificio en menos de nueve años con la precisión con la que lo hicieron. Ya con respecto a las catedrales, se trata de estudiar la construcción de cada una para resolver los problemas de construcción que enfrentan muchas de ellas. Se puede decir que según pasan los años se ha podido restablecer el conocimiento de las estructuras, aunque no del todo.
El Partenón es un templo ubicado en la Acrópolis Ateniense en Roma. El mismo fue concluido por primera vez en el 438 B. C. Luego del ataque persiano en el 480 B. C. el Partenón quedó destruido. Su reconstrucción en tiempos modernos ha sido un reto debido a la manera en que fue originalmente construido. Los métodos utilizados por los atenienses requieren su propio tiempo de estudio y construcción. El Partenón está en peligro de derrumbe y un equipo de restauración se encuentra trabajando para salvarlo. El mismo se compone de arqueólogos, arquitectos modernos e ingenieros. Dentro de los retos que enfrenta la reconstrucción del Partenón es que no se han hallado planos arquitectónicos del mismo. Se entiende que fue construido sin planos. No solo tiene gran precisión en sus piezas talladas a mano, si no que en su construcción hay curvas tan sutiles que para medirlas se necesitaría un círculo cuyo radio fuera de una milla. Estas se encuentran en las columnas del monumento y en las escaleras principales. Así que, ¿Cómo lograron esto los atenienses? La respuesta se hallaba en el sol. En el suelo del monumento hay unas líneas que coinciden con la sombra de la columna principal del frente del Partenón una vez el sol da en un momento exacto del día, visto desde un punto específico. Una vez se vio la relación sombra – líneas se pudo ver que las líneas en el suelo realmente eran un plano prácticamente invisible para la construcción de las curvaturas. Ya que era imposible dibujar la curva tan sutil, los atenienses bajaron la escala de la altura de la columna a un factor de 16, ahora tenían una curva que podía ser dibujada con un compás. El truco en el modelo es el siguiente: el ancho de la columna no era bajado de escala. Para conseguir la curva, el compás debía ser ubicado en cualquier línea del modelo que quisieras recrear a escala, y pieza por pieza, línea por línea, se crearon las columnas con las curvas.
A diferencia del Partenón, la meta con las catedrales no es reconstruirlas, si no evitar que se derrumben. Una vez comenzaron las construcciones de las catedrales no solo era para tener un templo, si no para mover la economía del lugar donde era construida y para llamar la atención en cuestión de altura. Mientras más alta la catedral, mejor. La altura en muchos de estos casos tuvo un costo con respecto a la construcción. Hoy día muchas de las catedrales están colapsando como la Iglesia de San Denis, y Amiens. Las columnas de las catedrales aguantan hasta cierta presión y peso, y en varios casos el tiempo le ha caído en los hombros a los soportes de los edificios. Los arcos de cada catedral están ahí con un propósito el cual no solo es ornamentar, si no aguantar, mientras más alta la construcción se va a notar que más puntiagudos son los arcos. A esto se le conoce ya como la era gótica. La razón de ser de los arcos puntiagudos es que el peso sea distribuido de la punta al suelo. De esta manera las piezas que constituyen el arco se aguantan entre si y sirven de soporte. Las curvas más abiertas llevan a distribución del peso hacia los lados en vez de hacia el suelo, lo cual resulta en no poder aguantar tanta altura ya que colapsarían, especialmente si se le aplica mucho peso encima. Otro método al que utilizaron los arquitectos a cargo de construir la catedral de Notre Dame fue acudir a las dimensiones de Dios halladas en la Biblia con el fin de poder construir una catedral que Dios mismo pudiera haber construido,
El trabajo, pensamiento y esfuerzo que hay tras los dos tipos de proyecto discutidos en este escrito es increíble. Ambos tan distintos en complejidad, pero similares en el impacto que han tenido en la arquitectura moderna. Ambos me impresionaron por todos los detalles y secretos que guardan, especialmente el Partenón. Algún día me gustaría poder visitar estos lugares para poder presenciar personalmente y de frente las maravillosas obras de arte que nacen del suelo.
